lunes, 28 de marzo de 2011

La catástrofe de Japón desata una guerra de relaciones públicas en Estados Unidos

Todo esta en calma hasta que sucede algo y se produce un desastre. En esta nota podemos apreciar una observación de la opinión pública en los Estado Unidos sobre las plantas de energia nuclear desde la tragedia en Japón y algunas acciones que desarrollan las empresas para contrarestar la presión de los públicos (antes vínculos difusos) que ahora las cuestionan. Como toda crisis exigirá replantear lo que se venía haciendo. ED.
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La industria nuclear estadounidense –que hasta hace pocos días parecía estar enfilando hacia un crecimiento mayor- está ahora travesando una crisis mientras busca con una agresiva campaña de relaciones públicas disipar temores de un desastre similar al de Japón.


Las empresas de energía están publicando avisos de gráfica, enviando cartas a los vecinos de las plantas, posteando continuas actualizaciones en sus websites y haciendo frecuentes apariciones en los medios. Rechazan así la acción de los activistas anti-nucleares, que están pidiendo el cierre de los reactores instalados en Estados Unidos a la luz de la catástrofe inducida por un tsunami en la planta nuclear de Fukushima Daiichi de Japón.

La crítica, amplificada por la enorme cobertura que hace la TV de los sucesos en desarrollo en el país oriental, está planteando lo que es tal vez el desafío más grande de relaciones públicas desde el incidente en la planta de Three Mile Island, ocurrido hace unas tres décadas. “La industria nuclear ha invertido más de 25 años tratando de definir la energía nuclear como una alternativa segura al carbón fósil y el impacto de un incidente como éste podría literalmente erradicar todos ese tiempo de duro trabajo”, dijo Adam Mendelsohn, asociado de Mercury, una firma de relaciones políticas y corporativas cuyas prácticas incluyen el management de crisis y las comunicaciones. “El renacimiento nuclear estaba en alta velocidad en el presente”, dijo Lake Barrett, un ingeniero nuclear y ex integrante de la Comisión Regulatoria Nuclear de Estados Unidos, quien reconoce que “este es un gran atraso, sin duda”.

Entergy Corp., propietaria de la planta nuclear de Indian Point, ubicada a unas 40 millas al norte de la ciudad de Nueva York, comenzó ayer a publicar avisos en The New York Times, New York Post, Newday y otros diarios, declarando que “esta instalación es segura: diseñada con un margen de seguridad que está más allá de los terremotos más fuertes anticipados para la región”. La planta está en la mira de todos por estar ubicada en la intersección de dos zonas sísmicas activas, aunque funcionarios de la Comisión Reguladora la han definido como segura, según una información aparecida en el Times.

No obstante, el gobernador Andrew Cuomo, un crítico tenaz de la planta desde hace años, ha convocado a un review de seguridad e insistido en la necesidad de cerrarla. (La Comisión Regulatoria acaba de decir que haría de Indian Point “su primera prioridad” en una nueva revisión del riesgo sísmico en 27 plantas nucleares de todo Estados Unidos, según la oficina del gobernador). Los avisos de Entergy destacan una carta del chairman y CEO de esa empresa, J. Wayne Leonard, que le da la bienvenida a la convocatoria del gobernador Cuomo, pero llama a otros oponentes a no usar la crisis en Japón y “escalar los temores del público para avanzar en sus objetivos de cerrar Indian Point”.

Entergy seguirá publicando los avisos indefinidamente, dijo el vocero Jim Steets. La compañía de relaciones públicas de la firma es Burson-Marsteller.

Por su parte, Excelon, que opera 10 plantas nucleares en Illinois, Pensilvania y New Jersey, está enviando cartas de aliento a los vecinos de las plantas, en las que dice que todas las instalaciones “son capaces de resistir y cerrarse con seguridad ante terremotos muy fuertes”. Entretanto, el Nuclear Energy Institute –un grupo comercial cuyos miembros operan en 104 reactores del país- esta enviando videos de YouTube en los que funcionarios prometen realizar detalladas inspecciones en hacer las modificaciones necesarias para la seguridad.

Activistas anti-nucleares, cuyos presupuestos son mucho más pequeños que el de las grandes compañías de energía, están confiando en apariciones de medios gratis y una campaña de redacción de cartas para impulsar al cierre de 23 reactores estadounidenses que ellos dicen son idénticos a los que están envueltos en el desastre japonés.
Por el momento, la opinión pública en Estados Unidos está en una posición mixta. Un 40% de los encuestados favorecen la construcción de plantas nucleares en Estados Unidos, la cifra menor de apoyo registrada en tres años. Pero una encuesta de la cadena CBS realizada esta semana mostró que el 53% de los entrevistados estaban “no menos temerosos de una catástrofe similar en Estados Unidos de lo que estaban antes de los actuales sucesos en Fukushima”.

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Fuente: Adlatina   http://www.adlatina.com/
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